La luna se refleja en nuestros ojos
nuestros labios están sellados por el silencio
tu piel blanca como la nieve de la cordillera
aquella de montañas grises, enomes
y tu mano tibia junto a la mía fría
lentamente unidos, mientras cae la noche oscura
Las palabras no se oyen, en un silencio cruel
las lágrimas caen lentamente, entre la lluvia
las nubes blanca desaparecen para siempre
y la luz se pierde en un túnel sin final
cada beso es una espada directa en mi corazón
cada sollozo detiene cada latido de mi corazón
me arrancó el órgano aún palpitando
lo arrojó al suelo, oscuro y moribundo
se detiene el tiempo un segundo
mientras la luna compadece al difunto
El piano toca las notas finales
para dejar mi mano inmóvil, a un costado de nuestra historia
el amor brota por mi piel, hasta forma una densa capa de vapor
caen en cristales negros, los momentos vividos
se siente fría la soledad, adherida a la sangre de mi vida
el alma se levanta vencida, muy lejos de mi amada mía
se extinguió la llama de lucha, murió el valor
sepultado por el dolor de la realidad, oh amada mía
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