viernes, 9 de mayo de 2008

Buscando la justificación perfecta

Una nueva actualización lectores, amigos y bloggeros. Está vez, quiero comentar o manifestar, algo que desde hace algunos días me viene aquejando, y es que aunque por más que lo intenté; sencillamente, no logro explicar el porque la deje ir, y es más, ¿realmente estaba usando la cabeza cuando tomé esa decisión?. Con respecto a lo anterior, es pues, que busco la justificación, es decir, aquella respuesta que me señale claramente -Hiciste bien-

Primero que nada, es menester aclarar, que todo aquello ocurrió entre finales de febrero y comienzos de marzo, cuando aún yo me encontraba en El Salvador. Por aquel entonces, pasaban por mí, los más extraños sentimientos, con una mujer; que yo pensaba olvidada. Mi historia con ella fue bien especial. Debo pensar, o suponer mas bien, que dado mi impulso; quizé conquistarle. Cuando lo cumplí, no me explico porque razón, ya no quize, entonces, comprometerme. En vez de aquello, me encapriché con otra dama, con la que no hubo resultados, en pocas palabras, me quede sin pan , ni pedazo.

Avanzó el tiempo, y paralelo a esto se gestó en mí, nuevamente aquella atracción que había sentido por la muchacha que en un primer momento, no había querido para mí. Aprovecharé aquí para señalar que ella nada hizo, es más, no se vengó ni nada, sencillamente siguió adelante. Esta vez, y motivado por algunos hechos finales, quizé si concretar mi relación con ella. Yo estaba, entonces, consiente de que partiría de El Salvador, pero como ella se quedaría aquí, pues quizás sería mucho más fácil sostener el asunto.

A la hora de vernos nuevamente, la noticia de que ella se va a la ciudad de Los Andes, acabó de lleno con mi plan aspiraciones. Fui yo, entonces, el que pusó la negativa; porque ella estaba dispuesta a intentarlo, pero yo, aquella vez, no tuve el valor.

Entonces, y hoy por hoy, busco la justificación a aquel acto. Pienso tener una respuesta preliminar y esta sería "Teniendo en cuenta que nadie daña a quien quiere, pues considerando que la distancia, tan solo le provocaría sufrimiento; era mejor dejarle ir (...) considerando mis mejores deseos para ella; no había forma alguna de poner remedio a dicha situación, que no fuese olvidando"

Sin embargo, aquella respuesta se ve siempre diezmada por la frase "quien quiere puede". La verdad que esta disyuntiva, no aparenta solución rápida. En sí, la analizó y por más que intento no concibo otra solución.

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