Me inclinaré hacía el costado más sencillo, el más real y el menos peligroso. Este lado será más claro, liso y llano, más visible, más accesible. No habrán ni pantanos, ni tormentas, ni lluvias ni ventiscas, ni montañas ni enormes murallas.
Mi voz se escuchara fuerte y clara, no me ahogará el silencio. Luego, el sol iluminará cada paso y de noche la luna y las estrellas calmas me acompañaran.
¡Aaaah...! me encantaría poder pensar eso.
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