martes, 7 de septiembre de 2010

Bajo lo absurdo

Los soñadores son el sueño de los realistas. Lo he visto un montón de veces. Lo respiro y me ahoga, me pesa en la espalda, me siento Atlas cargando con todo. Es demasiado para mi. Ellos necesitan que los impulsen, han perdido la capacidad propia de hacerlo. Son masas grises unidas a otras masas grises, extendiendo vigorosos tentáculos aún más grises para atrapar materia prima que sustente sus ansias no cumplidas, en este caso, el consumir sueños, el nutrirse de ellos.


Algo horrible pasa conmigo, lo presiento. Mis ojos ya no brillan y parece que mi boca olvidó como sonreír. Hace un par de días vomité lo que me restaba de humanidad y pasé sin sentir dolor por un callejón lleno de personas aún más miserables que yo. Los observé con desprecio. Un tentáculo desde lo más oscuro de los suelos, pareció querer llevarme consigo, pero escapé, no sé aún por qué, pero me alejé.



Bajo la lluvia, me libero y me transformo en materia gris. Me dirijo sin resistencia hacia el núcleo, esta vez no escaparé. Me siento en el pavimento y cierro los ojos. Me consumen y vivo.

¿libertad?

He abrazado la libertad;
en la miseria de su vida
se marcha, penosamente
destruida la señorita libertad
ha muerto atravesada por la realidad

viernes, 3 de septiembre de 2010

miércoles, 18 de agosto de 2010

Quisiera ser...

Quisiera ser poeta, para refugiarme en la soledad nublada de un día lluvioso. Quisiera escribir poesía, cada vez que mi corazón lo implorara. Quisiera ser poeta, para admirar con excelencia la belleza de mi amada. Quisiera escribir poesía, para llenar de gozo mi alma herida.

Sueños

Una noche cálida, de luna llena
mientras dormía soñé
que te perdía, sin poder ver;
entre los escombros de aquella vieja casa
una noche cálida, de luna llena
me aferré con fuerza a ti
entre el polvo de aquella vieja casa

Una noche fría, de nubes grises
mientras dormía soñé
que te marchabas sin decir adiós
sonriendo, por un camino en el que no cabíamos los dos
Una noche fría, de nubes grises
me aferré con fuerza a ti
te amo y no te alejes nunca jamás de mí

lunes, 16 de agosto de 2010

Balada # no sé cuánto

¿Qué es el amor? me pregunto dormido
me embriago en el mar, entre olas perdido
me lanzan contra las rocas y sangro confundido
despierto asustado, con su mano en mi pecho adolorido
¿Qué es el amor? me pregunto mientras la beso dormido

He buscado por años en caminos extraños
los árboles florecen a sus lados, sentimientos en verano
mucho tiempo bebí en ríos claros todo lo vano
mucho tiempo busqué desorientado la verdad
acerca de este fuego que ella me da

Matemáticas 22 (después de mil años)

Mientras observo el ejercicio, no puedo evitar dibujar la más sincera expresión de horror en mi rostro. Su solución se ve tan lejana al alcance de mis capacidades intelectuales, que por fin resignado, me limito a observar con atención y asentir cada vez que el profesor me pregunta si entiendo.

Yo debería estar sufriendo con el estudio idealista de los justo y lo equitativo, para luego decepcionarme por la noche, después de las nueve. En cambio, me consumo en el aburrimiento, procurando desentrañar los misterios de un montón de números.

Los ángulos y teoremas son como balas candentes que atraviesan mi cuerpo sin piedad. Procuro defenderme con todas mis fuerzas, pero me encuentro demasiado embobado como para reaccionar. Por fin, caigo al suelo en perfecto ángulo recto.

Estoy convencido que para un mono resultaría más sencillo aprender teoremas y ángulos. Yo prefiero leer y escribir poesía. No sé si soy bueno.

Valerosamente, me prometo al menos intentarlo. Resulta un alivio, al menos para mi, no haber sido bendecido con el don de comprender los números y sus secretos. Puedo ver el mundo con ojos distintos, aunque supongo que al juez geométrico no le interesa.