martes, 29 de julio de 2008

Breve cuento de esos pa' leer una sola vez

¿Dos mil o mil quinientos?
¿No le quedan? Ah...bueno

***

Cuento I

Llegué. Marcan las 5 en punto, aún resta sol. No puede ser nada más perfecto. El cielo está completamente despejado y bueno, todo marcha de lo más normal. Ella esta ahí. Yo no tenía previsto encontrarla, solo sé que paso. Pienso en tantas cosas, lo más importante, es que necesito valor...si valor, para hablarle. Me acercaré, le preguntaré su nombre, ¿pero cómo?.

Quizás si le pido la hora, o hago como que choco. Tal vez sea bueno ser directo, sincero. Dilema, pero hay tanto tiempo. Ella es bella, yo no he visto antes mujer como ella. Es como me gustan a mí, definitivamente. La gente pasa, pero ella brilla de manera especial y yo quiero acercarme. Es ahora, camino lentamente y late fuerte el corazón. Inconcientemente no he ideado plan alguno, ¡Bah!, lo que salga. Sigo avanzando, el temor y el nerviosismo invaden mi cuerpo. Me tiemblan las manos, y siento que me flaquean las piernas. ¡Qué no se corte la voz!, ¡Qué no es esfume el valor!.

¡Detente!. Aguarda, piensa primero, una bonita frase, de esas que ganan amores, y para siempre. ¡Ya lo tengo!, ya está, ahora sí. Luego estaremos ríendo y comiendo helados junto al mar, en el muelle, hasta que se ponga el sol. La acompañaré a su hogar y allí sellará todo con un beso. Ya esto demasiado cerca, abro mi boca

-Ho...- corto en seco

Observo como se acerca alguien, y besándole la boca le dice no se que. Quedo pasmado, paralizado. Me observan, en tan incómoda posición

-¿Por aquí pasa la 305?-

No hay comentarios: